En algunas ocasiones nos encontramos a pacientes sorprendidos de que hayamos detectado diferentes problemas relacionados con sus hábitos de higiene bucal, concretamente con la técnica de cepillado. Hay dos tipos de factores que pueden hacer que existan problemas relacionados con nuestra salud bucodental: los relacionados con el material y la técnica de cepillado y los factores externos que pueden ser agresivos con nuestro esmalte o nuestras encías.
Lavarse los dientes con la frecuencia adecuada no significa que estemos llevando a cabo una correcta limpieza de los mismos, ya que el lavado de dientes requiere de una correcta técnica de cepillado tanto si la realizamos con un cepillo manual, cómo si es con un cepillo eléctrico. En caso del cepillo manual debemos respetar tanto la técnica como la duración del mismo, en este video que os dejamos a continuación podéis observar como es una correcta técnica de cepillado y como debemos llevarla a cabo. Si os resulta difícil cumplir con el tiempo de cepillado un pequeño truco que podéis llevar a cabo es cepillarlos mientras vemos u oímos nuestro programa favorito y de esta forma se hará más llevadero. En los cepillos eléctricos el principal problema es que no se respetan los tiempos de cepillado, siendo estos demasiado cortos e impidiendo una correcta limpieza de los dientes. En ambos casos debemos de respetar el tiempo necesario para la renovación de los cepillos o cabezales y sustituirlos cuando veamos que están desgastados.
En cuanto a factores externos que pueden hacer que aumente la posibilidad de sufrir alguna enfermedad bucal o daños estéticos, están:
– Tabaco, favorece la aparición de la gingivitis, el mal aliento y la tinción de los dientes.
– Café, afecta al color de nuestros dientes.
– Refrescos, gran cantidad de azúcares que pueden afectar a nuestro esmalte
– Alcohol, va a favorecer los procesos inflamatorios de las encías
– Medicamentos, como antibióticos o inmunosupresores que pueden afectar también a la inflamación de las encías.
Estos junto con más procesos externos pueden hacer que, aunque tengamos un correcto hábito de limpieza de nuestra boca, aparezcan enfermedades bucodentales.
Por eso mismo debemos llevar a cabo una revisión de nuestra salud bucodental con profesionales al menos cada seis meses y a su vez aplicarnos diferentes tratamientos preventivos, limpiezas bucales, fluoraciones etc… como que nos indique nuestro odontólogo si la técnica que llevamos a cabo para la limpieza de nuestra boca es la adecuada y de no serlo nos enseñe a mejorarla y a evitar los posibles malos hábitos adquiridos.
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