Realizar un blanqueamiento dental durante el embarazo puede plantear varias dudas a las mujeres que están en esta condición. Y es que durante esta etapa, varios tratamientos conllevan una serie de riesgos adicionales que hay que tener en cuenta antes de comenzarlos.
Las sustancias que se utilizan durante el blanqueamiento no han demostrado ser tóxicas en ningún caso ni han podido encontrarse restos de las mismas en sangre. Sin embargo, ¿es mejor esperar a terminar el embarazo para realizar el tratamiento?
Blanqueamiento dental en embarazadas
Por regla general, los especialistas de la odontología siempre recomiendan no someterse a tratamientos en los que se vaya a producir anestesia total o parcial si la mujer está embarazada. A pesar de que no es frecuente utilizar anestesia durante este tratamiento, resulta necesario tenerlo en cuenta si tienes una sensibilidad alta a la manipulación de tu boca.
En cuanto al blanqueamiento como tal, las sustancias que se emplean son usualmente dos peróxidos: el peróxido de carbamida y el peróxido de hidrógeno (agua oxigenada). Ambos son rebajados con una concentración del 3,5 % aproximadamente en la mezcla final.
Los estudios realizados tras los tratamientos blanqueadores han demostrado que estos compuestos no resultan tóxicos para las personas. Además, se ha analizado la sangre de varios pacientes tras utilizarlos y no se han apreciado variaciones ni han aflorado estas sustancias ni ninguno de sus derivados. Esto nos hace pensar que el procedimiento es completamente inocuo.
No obstante, has de tener presente que estos ensayos siempre se han realizado en hombres y en mujeres que no estaban en etapa gestacional. Realizar ensayos clínicos durante esta etapa de embarazo resulta éticamente comprometido y, por ello, no se dispone de datos que certifiquen la ausencia de efectos secundarios en la madre o en el bebé.
En definitiva, podría decirse que, a pesar de que no existen datos que parezcan indicar que este tratamiento sea perjudicial, se recomienda evitarlo. Los peróxidos son sustancias oxidantes que no provocan daños en nuestra boca. Sin embargo, en el supuesto de atravesar la barrera placentaria (algo que no ha sido estudiado), podría llegar a afectar a los tejidos y células del bebé. La ausencia de estudios encaminados a determinar si el peróxido traspasa la placenta y en qué cantidad lo hace es la razón por la que los especialistas desaconsejan su uso en mujeres gestantes.
Y durante el periodo de lactancia ¿puedo realizar el tratamiento?
De modo similar a lo que sucede con el embarazo, se recomienda que un blanqueamiento de los dientes no se realice durante la etapa de lactancia. Nuevamente, nos hallamos ante la inexistencia de estudios que esclarezcan si el peróxido es capaz de atravesar la barrera mamaria y llegar al bebé a través de la leche con la que lo alimenta su madre.
A su vez, la ingesta de una cantidad determinada de peróxido o de sus derivados mediante la leche materna, podría tener consecuencias no deseadas en el bebé. Y, ante la perspectiva de que estos ensayos no se vayan a abordar, es mejor no arriesgarse durante la etapa del embarazo y la lactancia.
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Por tanto, si estás embarazada o en periodo de lactancia, lo recomendable es que se lo comuniques a tu odontólogo para que lleguéis a la mejor solución. Recuerda que tras un blanqueamiento se han de seguir ciertos cuidados posteriores.
Como ves, el blanqueamiento dental es un tratamiento que, salvo excepciones muy puntuales, no reviste gran urgencia. Por ello, los odontólogos recomiendan esperar a finalizar la gestación y la posterior lactancia para someterse a él. Pese a no haber pruebas de que el tratamiento sea tóxico, sí es cierto que la ausencia de estudios hace que la prevención sea la opción más recomendada.