Existen ciertos cuidados especiales que debemos tener frente a la salud dental de nuestros hijos ¡Conócelos!
Como padres siempre priorizaremos la salud de nuestros hijos. Esto no se limita únicamente al hecho de cuidarlos del frío para evitar un catarro, o garantizar una alimentación balanceada para ayudarlos a crecer sanos y fuertes, pues hay muchos otros aspectos igual (o más) importantes en los que debemos trabajar para asegurarles un buen futuro. La salud dental de nuestros hijos es, por ejemplo, una de aquellas facetas que debemos atender con suma dedicación, puesto que esta no sólo les permitirá sonreír con total tranquilidad y lucir una bella dentadura, sino que evitará que se genere cualquier enfermedad como la gingivitis y las caries.
Por lo general, en Zen Dental recomendamos que nuestras pacientes cuiden de su salud dental con mayor atención cuando se encuentran en estado de embarazo, pues ésta afecta directamente la salud y el desarrollo de su bebé. Además hacemos énfasis en la importancia de la etapa de la lactancia ya que, del mismo modo, tiene importantes repercusiones en la salud bucal del hijo recién nacido. Lo anterior con el fin de reafirmar que los cuidados dentales de nuestros pequeños deben ser atendidos desde los primeros instantes. Sin embargo, a medida que nuestros pequeños van creciendo, los cuidados bucodentales también empiezan a evolucionar, por tal motivo debemos saber cuándo y cómo desempeñar esta tarea adecuadamente.
Durante las etapas más tempranas de la niñez, generalmente los primeros dientes en erupcionar son los incisivos inferiores y luego los superiores alrededor de los 4 a 7 meses de edad. A estos pequeños dientecillos se recomienda limpiar utilizando gasa húmeda sobre la superficie de éstos y la encía circundante. Este es un ejercicio de sumo cuidado para evitar lastimar los tejidos del bebé. Sobra decir que el uso de la seda dental y el enjuague están de más. Luego, en los meses posteriores, los dientes contiguos a los incisivos erupcionan, al igual que los primeros molares y los caninos. En este punto debemos empezar a implementar el cepillo, pues la superficie oclusal, o cara masticatoria del diente no puede ser limpiada de otro modo. Sin embargo la elección del cepillo es importante, ya que éste debe ser apto para la boca del niño; las cerdas suaves, un cabezal pequeño y un mango para adultos, son las características básicas con las que el primer cepillo debe contar.
Una vez la mayoría de los dientes ha salido, es importante que empecemos a utilizar la seda dental, dado el contacto que habrá entre ellos. Dicho contacto se convertirá en el ecosistema ideal para la acumulación de comida y, consecuentemente, para la incubación de las bacterias causantes de las caries interproximales (las cuales son las más comunes en niños y adultos). Eso sí, cabe aclarar que la utilización de la seda dental en un bebé requiere cierto grado de habilidad, pues se puede lastimar al niño. Uno de nuestros expertos en Odontopediatría puede darte una asesoría previa para evitar cualquier daño.
A lo largo de los tres primeros años de vida, el cuidado de la boca del niño no requiere el uso de la pasta dental. El cepillo y la seda hacen el trabajo necesario en aquel periodo. Aunque en el momento que decidas implementar la pasta dental, es fundamental que ésta sea especial para niños, la cual cuenta con un mayor porcentaje de flúor, y que se utilice en cantidades mínimas para evitar llenar de espuma la boca del bebé.
En resumen, el cuidado bucal de nuestros hijos es fundamental para garantizarle una excelente calidad de vida. Una boca sana favorece distintos aspectos de la vida, especialmente al tratarse de personitas tan vulnerables como un bebé. Aplica los consejos (pre y postnatales) que Zen Dental te comparte para que tu bebé tenga una sonrisa hermosa y saludable.