Efectivamente el consumo de alcohol de manera elevada puede ayudar a empeorar una enfermedad periodontal ya que va a afectar al sistema inmune presente en nuestra boca.
Muchas veces, y debido a que el alcohol es una droga socialmente aceptada, nos olvidamos de que un consumo crónico y en cantidades elevadas del mismo va a ser perjudicial para la salud y, concretamente en este caso, para la salud de nuestras encías. La toma de alcohol en cantidades elevadas disminuye las defensas presentes en nuestra boca y hacen que las bacterias puedan atacar nuestros tejidos de una manera más efectiva al no existir un control por parte de nuestro sistema inmune.
Algunos síntomas de la enfermedad periodontal son:
- Retracción de las encías, sensación de dientes más largos.
- Movilidad de los dientes.
- Separación de los dientes.
- Aumento de la sensibilidad dentaria, sobre todo al frío.
- Sensación de quemazón y dolor de encías.
- Mal aliento.
- Aparición de abscesos y flemones en la encía.
A su vez, el consumo de determinadas bebidas alcohólicas en combinación con refrescos, favorecen el desarrollo de caries debido a que sumamos a lo anteriormente descrito, un factor de riesgo más que son las bebidas azucaradas.