Entre las diferentes soluciones odontológicas disponibles, las incrustaciones dentales se encuentran entre las más sencillas y prácticas
Cuando hablamos de incrustaciones dentales, nos referimos a leves rellenos que se aplican sobre las piezas dentales del paciente, cuando estas presentan pequeñas fisuras o fracturas. Estas incrustaciones consisten de materiales sintéticos semejantes a una pasta dura, la cual es aplicada sobre la abertura del diente y sometida a un secado por luz. Adicionalmente, las incrustaciones dentales también funcionan como sellante sobre piezas endodonciadas, y a diferencia de las coronas dentales, las incrustaciones son aplicadas cuando las dimensiones del diente remanente son mayores.
ENTRADA RELACIONADA: Fractura de un diente endodonciado
Como lo hemos mencionado, la colocación de incrustaciones dentales puede ser llevada a cabo siempre y cuando se cumplen una serie de condiciones, tales como:
- El diente debe conservar su capacidad de retención y soporte.
- La pieza dental a intervenir debe mantener su forma original.
- La corona del diente afectado poseer la longitud adecuada.
- El paciente debe tener un índice de caries bajo.
- La pieza a restaurar no puede haber sido intervenida anteriormente.
Si el paciente cumple con los requerimientos, el posible agendar las dos citas necesarias para realizar las incrustaciones dentales. En la primera cita el diente a intervenir debe ser preparado, dándole la forma adecuada y colocándole una incrustación provisional. Además el especialista toma una impresión del diente, con la cual podrá trabajar para diseñar y crear la incrustación definitiva. Posteriormente, durante la segunda cita, la incrustación provisional es retirada, se limpia el diente y se cementa para colocar la incrustación definitiva, devolviéndole su apariencia y funcionalidad al diente afectado.
Naturalmente las incrustaciones dentales tienden a ser hechas en materiales imperceptibles que no rompan con la estética del diente. Sin embargo ello no quiere decir que éstas se fabriquen un solo material únicamente, pues podemos encontrarnos con:
Incrustaciones de Amalgama: Este tipo de incrustaciones son metálicas y, por consiguiente, son reconocidas por su extensa duración. Incluso algunas pueden llegar a durar toda la vida. Sin embargo, durante los últimos años las incrustaciones dentales de amalgama han caído en desuso ya que no son del todo estéticas. Éstas pueden estar fabricadas en metales vistosos como el oro o la plata. Así mismo, estos metales también pueden llegar a contener sales de mercurio, y aunque no sea tóxicas, pueden afectar al paciente.
Incrustaciones de Composite: Como su nombre lo indica, estas incrustaciones dentales están hechas en Composite; un material generado a partir de un componente orgánico polimérico conocido como Matriz, y un componente inorgánico que funciona como relleno. Las incrustaciones de Composite ofrecen una apariencia casi natural al diente intervenido, pero tiene un importante grado de desgaste, y en algunos casos extremos es posible que la incrustación se caiga. No obstante, reemplazarla a medio plazo no estaría nada mal.
Incrustaciones de Porcelana: En el caso de las incrustaciones dentales de porcelana, podemos decir que es el tipo de obturación que ha tomado mayor relevancia a lo largo de los últimos años, pues la porcelana no sólo tiene la posibilidad de ofrecer un aspecto completamente natural al diente intervenido, sino que también cuenta con una duración verdaderamente considerable (alrededor de 30 años). Además, gracias a sus características, evita que los pacientes se vean en la obligación de acudir a una corona dental completa.
ENTRADA RELACIONADA: ¿Cómo se produce la caries dental?
Por otro lado, además de los diferentes tipos de materiales que pueden llegar a ser implementados para la generación de una incrustación dental, también existen diferentes tipos de incrustaciones, las cuales varían según el área que recubren. Éstas pueden ser:
- Inlay: Incrustaciones que cubren un espacio reducido y puntual en el diente.
- Onlay: Diseños de incrustación que cubren una parte mediana de la superficie de la pieza.
- Overlay: El tipo de incrustación dental más grande. Cubre una parte interna y gran parte de la cara externa del diente.
En este orden de ideas, las incrustaciones dentales conforman una solución bastante versátil para solucionar daños leves y puntuales sobre la superficie dental de los pacientes, sea ya por fisuras, fracturas o como obturación luego de un proceso de endodoncia. Cabe aclarar que a pesar de significar un procedimiento relativamente sencillo, es fundamental que sean colocadas por expertos que puedan moldear adecuadamente la incrustación y que, lógicamente, utilice materiales de primera calidad para evitar reacciones inmunitarias negativas.
Te invitamos a seguir conociendo sobre las diferentes soluciones disponibles en el ámbito odontológico, ingresando a nuestro blog o poniéndote en contacto directamente con nosotros en Zen Dental.