Hace no demasiado tiempo la odontología basaba el éxito o fracaso de un tratamiento exclusivamente desde un punto de vista funcional.
Es decir, si podíamos dar solución funcional al problema del paciente dicho tratamiento se consideraba un éxito.
Desde finales de los años 90 se han establecido como criterios de éxito en un tratamiento dos parámetros, un parámetro meramente funcional y un parámetro estético. El éxito del tratamiento dental se debe medir no solo desde un punto de la rehabilitación funcional sino también desde un punto de rehabilitación de la estética dental.
La consecución de ambos parámetros va a ser lo que va a medir el éxito de nuestro tratamiento. Podemos poner como ejemplo las prótesis primigenias sobre implantes en las cuales podíamos ver que primaba sobre todo el punto de vista funcional siendo absolutamente secundario el punto de vista estético, dando como resultado prótesis funcionales pero que no se sentían ni naturales ni propias haciendo que el paciente tuviera en su interior una desconfianza al resultado final de su tratamiento.
Pero a medida que tanto los materiales como técnicas fueron mejorando, impulsado a su vez por una mayor exigencia de los pacientes, la importancia del resultado estético se ha igualado con el del resultado funcional. Esto hace que cuando nos planteemos llevar a cabo cualquier tipo de restauración tengamos muy presente el resultado final sobre el paciente y que este sea muy consciente de que puede esperar de nuestro tratamiento.
También debemos saber transmitir al paciente que es posible y que no es posible en función de su situación clínica, evitando generar falsas expectativas, y de esa forma rechazo o desaprobación frente a un tratamiento adecuado y estético.
Con todo esto concluimos que no es un debate entre necesidad y capricho sino que la estética es una parte ya implícita en un tratamiento que debe ser parte del mismo desde el momento en que decidimos llevarlo a cabo.
Podéis ver todos los tratamientos así como las diferentes opciones estéticas en este enlace.