La sedación en la clínica dental aunque es relativamente reciente en nuestro país, es una metodología ampliamente instaurada en otros países y con especial relevancia en Estados Unidos de América.
Lo primero que debemos de hacer es explicar en que consiste una sedación y los métodos para llevarla a cabo dentro de la clínica.
Los tres métodos más comunes serían los siguientes:
- Pre-medicación oral
- Óxido nitroso
- Sedación Intravenosa
La elección de un método u otro dependerá tanto de la clínica como de las características del paciente a tratar.
Las ventajas a la hora de elegir la sedación son muchas y varían en función tanto del paciente como del tratamiento que vayamos a llevar a cabo. La sedación en adultos con un cierto nivel de ansiedad frente a tratamientos odontológicos ya sea por una mala experiencia previa, por el perfil psicológico del paciente, ayuda a lograr que el tratamiento sea más sencillo tanto para el paciente como para el odontólogo, al encontrarse el paciente relajado y con un nivel de consciencia bajo a la hora de la intervención. También es adecuado en aquellas intervenciones con una duración prolongada, implantes, cirugías etc… que hacen que el paciente se sienta cansado y muchas veces incomodo. Esto lo podemos evitar con las sedaciones haciendo que tanto el tratamiento en si como el posible dolor posterior sean mucho más llevaderos por parte del paciente.
Hemos de tener en cuenta que a la hora de realizar un tratamiento con cualquier tipo de sedación, debemos tener una supervisión de la sedación por parte de personal cualificado que nos vigile y controle la sedación durante todo el proceso, adecuándola en función de la duración y tratamiento que queramos llevar a cabo.
En resumen la sedación en la clínica dental es una técnica aconsejada para determinados pacientes y tratamientos que hacen que la experiencia y actitud del paciente frente al tratamiento sea más positiva y por lo tanto podamos añadir un factor más de éxito al mismo.