Un trastorno es una alteración de la salud en un punto específico. Este es el caso del bruxismo, el cual consiste en apretar los dientes hasta hacerlos rechinar de manera involuntaria, pero ¿cómo puedes saber si lo padeces?
Bruxismo: causas y consecuencias
Hay estudios que revelan que, de hacerse habitual, puede desgastar tus dientes y producirte enfermedades. Por ello vale la pena que conozcas un poco más las consecuencias de este padecimiento y para que sepas cómo identificar sus síntomas.
Sobre las causas, han surgido diferentes hipótesis; sin embargo, algunos estudios realizados por la Biblioteca Nacional de Medicina en Estados Unidos enumeran los factores que han influido en el desarrollo de dicho trastorno. Algunos de estos son:
- El estrés.
- La capacidad de relajarse.
- La dieta alimenticia.
- Los hábitos de sueño.
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Aun así, las consecuencias de padecer de bruxismo dependerán de la edad en la que aparezcan los primeros síntomas, de su intensidad y de la manera en que tus dientes se muevan. Pensando en esto, veamos algunos ejemplos de afectación y cuáles son los resultados:
- Céntrica. Daña el cuello dental afectando a la estructura dentaria, lo que provoca dolores leves o moderados.
- Excéntrica. Daña significativamente el contorneado estético en los bordes iniciales. Al apretar los dientes, cambia el patrón dental natural y aumenta el desgaste de los mismos, lo que puede provocar ciertas deformidades en las piezas dentales de la parte delantera de la boca.
- Nocturna. Durante el sueño, de manera inconsciente, el afectado puede destruir el esmalte de sus dientes al apretarlos. Según estudios, estos episodios nocturnos pueden durar entre 18 y 38 minutos como promedio.
Etapas
Ya dentro del trastorno, la intensidad del daño sufrido se ha clasificado de la siguiente manera:
- Etapa 1: Si fuera tu caso, desarrollarías un hábito inicial en el cual los periodos en los que aprietas los dientes son tan cortos que pasan inadvertidos. Es la mejor etapa para corregirlo, debido a que puede desaparecer con concientización y ayuda médica adecuada. En este punto, la ansiedad, según menciona Marian Gil, doctora en Psicología y Medicina Conductual, no es parte del desorden.
- Etapa 2: La ansiedad provoca que aprietes o rechines los dientes. Cabe mencionar que, a este nivel, el bruxismo se presenta sin que te des cuenta, pero una vez que alguien te advierte de él o que tú mismo te percatas de que estás apretando los dientes, dejas de hacerlo. En la etapa 2, el daño aún puede ser reversible, pero de no atenderse a tiempo, podrías pasar al siguiente nivel de afectación.
- Etapa 3: Has fortalecido el hábito a tal grado que aprietas los dientes deliberadamente. Esto provoca que las lesiones bucodentales se maximicen y puedan convertirse en permanentes. También en este nivel se hace fácil controlar el rechinamiento de los dientes sin dejar de hacerlo. Como consecuencia, será más complicado implementar los tratamientos correctivos con éxito.
Síntomas a tomar en cuenta
Para conocer si estás padeciendo algún trastorno asociado al bruxismo, identifica o evalúa si manifiestas alguno de los siguientes síntomas:
- Ruidos articulares nocturnos.
- Dolor de cabeza u oído.
- Inflamación mandibular.
- Pérdida y desgaste del esmalte dental.
- Sensibilidad dental excesiva.
- Fracturas dentales.
- Dolor en el rostro.
Es conocido que, aun con estos síntomas, muchos pacientes descubren su padecimiento cuando empiezan a experimentar un dolor agudo en cara y cuello o porque alguien de su entorno capta los ruidos que produce el trastorno. Otros, hasta no realizarse estudios específicos, como puede ser una radiografía, no logran identificarlo.
Un desorden involuntario suele convertirse en algo difícil de tratar y encontrar medidas de prevención se vuelve más complicado. Por ello, acude al médico correspondiente a tiempo y evitarás las consecuencias del bruxismo.