Los implantes dentales han captado la atención de todos alrededor del mundo de la odontología, pero ¿sabes en qué consisten?
De manera superficial podemos referirnos a los implantes dentales como objetos incrustados quirúrgicamente en el hueso maxilar del paciente que ha sufrido la pérdida de una o varias piezas dentales, o bien, si padece de una considerable afectación que perjudica no sólo al diente en cuestión, sino toda el área circundante a éste.
Entrando un poco más en detalle podemos decir que los implantes dentales funcionan como un reemplazo de un diente natural. Sus características permiten que el implante tenga una apariencia semejante a la de una pieza original, devolviéndole al paciente la posibilidad de sonreír tranquilamente, pero, además de ello, los implantes dentales no sólo funcionan como una restauración estética, sino también funcional, lo cual, en otras palabras, permite que la persona intervenida disfrute de sus alimentos preferidos sin restricciones.
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Para comprender el funcionamiento de los implantes dentales, consecuentemente, debemos empezar por saber cómo están conformados. De abajo hacia arriba, el implante cuenta con una base en forma de tornillo, lo cual permite una osteointegración adecuada. Luego, encima de la base, encontramos el pilar; esta pieza consiste en un pequeño conector que une la base con la corona. Como lo mencionamos, sobre el pilar encontramos la corona, la cual es la parte visible del implante y (generalmente) está hecha en cerámica, semejando perfectamente la apariencia del diente. Grosso modo, podemos decir que los implantes dentales tienen un proceso que se divide en cinco etapas diferentes:
Primera fase: Pre operatorio
El paciente debe someterse a exámenes y toma de radiografías con los cuales el especialista podrá identificar el camino adecuado para proceder en el caso particular que representa cada persona. Además, debe ser tenido en cuenta el historial médico de ésta.
Segunda fase: Primera etapa quirúrgica
El especialista procede a anestesiar localmente la zona a tratar para que el paciente no experimente ninguna sensación de dolor, incluso, le ofrecemos la posibilidad de hacer uso de la sedación consciente, a cargo de un especialista altamente cualificado, que le permitirá evitar cualquier tipo de dolor durante la cirugía. Luego procedemos a incrustar las bases de los implantes en el maxilar a intervenir. Es una operación ambulatoria, lo cual permite que el paciente continúe con su vida tranquilamente al día siguiente con pequeños rastros visibles. Se estima un periodo de recuperación de 4 a 6 meses, en los cuales se espera que la base se integre correctamente al tejido óseo del maxilar (Osteointegración). También puedes conocer sobre la cirugía pre-prostética.
Tercera fase: Segunda etapa quirúrgica
Una vez la base se encuentra correctamente osteointegrada, el especialista rehabilita la parte superior de éstas a partir de pequeñas incisiones con el fin de conectar el pilar, cuya función es interconectar la base del implante con la corona. Este es un procedimiento rápido y sencillo, según el número de implantes a colocar, pero en promedio no suele durar más de media hora; cabe mencionar que el pilar está hecho de titanio o zirconio, de manera que no generará reacciones inmunitarias en el organismo.
Cuarta fase: Colocación de coronas
Al cabo de tres semanas, cuando la cicatrización ha sido exitosa, se retira el aditamento temporal y se toman medidas para realizar la corona (diente definitivo), la cual va atornillada directamente al implante, en la mayoría de los casos. Este procedimiento se realiza en 3 cita, a pesar de ser un procedimiento sencillo y corto que no requiere de anestesia. Según la evolución del procedimiento, el tiempo entre la colocación del implante y la implementación de la corona no supera los 5 meses.
Quinta fase: Post operatorio
Al igual que cualquier procedimiento quirúrgico, es fundamental que el paciente se abstenga de desempeñar cualquier actividad que pueda afectar la recuperación de las suturas, al igual que la osteointegración, pues ello podría desembocar en una periimplantitis y revertiría el proceso, o incluso, en alguna de las otras complicaciones comunes de los implantes dentales.
En Zen Dental podemos decir que los implantes dentales han adquirido su popularidad a partir de los beneficios que entregan al paciente, como lo es la posibilidad de tener resultados inmediatos, recobrar la confianza y el autoestima, evitar el desplazamiento de piezas dentales contiguas y la pérdida del tejido óseo o elevación del seno maxilar, y así mismo evita que el paciente sufra de enfermedades comunes como desnutrición y afectaciones de colon o estómago.
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Concluyendo, a diferencia de la creencia popular, la edad de los pacientes no es un aspecto crucial a la hora de ser sometidos al procedimiento de colocación de implantes dentales, pues podemos verlos tanto en jóvenes como en adultos mayores, además gracias a procesos especializados, los pacientes que sufren de osteoporosis y diabetes también pueden gozar de una sonrisa saludable con la ayuda de los implantes zigomáticos. Entonces, si te interesa volver a sonreír sin preocupaciones, te invitamos a ponerte en contacto con nosotros e iniciar tu proceso de colocación de implantes dentales con Zen Dental.