Dra. Gloria Del Olmo Ruiloba, Autor en Zendental - Página 4 de 5

¿Cómo conseguimos que la primera visita al dentista de tu hij@ sea una muy grata experiencia?

Seguramente deberás llevar a tu hijo a la primera visita con el dentista en una sala de odontopediatria. En este post te mostramos algunos consejos para que tenga una buena experiencia en la consulta y no aparezcan problemas de conducta.

 

La primera visita dental

Un dentista es un profesional de la salud que ha estudiado odontología y se encarga de evitar, determinar y tratar enfermedades dentales y bucales.

Sabemos que, para algunos niños, ir al odontólogo puede convertirse en un trauma porque tal vez tenga miedo. También hay casos en los que no sabe lo que pasará o en los que los padres transmiten sus temores a los pequeños.

Debes explicarle a tu hijo como será la visita dental, la cual comenzará con una limpieza completa donde se usarán instrumentos especiales para eliminar el sarro acumulado. De este modo, se previenen las caries y los problemas de las encías.

El profesional hará un examen completo de sus encías, boca y dientes para comprobar si existen problemas. Además, según la edad, pueden realizarse algunas radiografías para determinar si hay otros trastornos que pasan inadvertidos.

El intervalo de tiempo para consultar a un dentista sobre la salud de los más pequeños es de tres a seis meses.

 

3 estrategias previas para que el niño pierda el temor

A continuación, te damos tres recomendaciones para que la primera cita con el odontopediatra resulte más llevadera:

1. Conversar con tranquilidad: Es mejor explicarle dónde va y qué proceso se seguirá en la clínica dental. Puedes contarle que el dentista verificará el estado de sus dientes y que lo felicitará por su cuidado.

2. Demostrar una buena higiene dental: Cuando toda tu familia practique el cuidado bucal, tu hijo observará la importancia de este proceso y no sentirá miedo por ir a una cita.

3. Escoger una buena clínica dental: Has de seleccionar una consulta de garantías donde vaya a estar tranquilo. También es importante que se encuentre cerca de tu casa y tenga horarios flexibles para facilitar la visita.

Por otro lado, has de valorar que el personal tenga experiencia y sea amable. Del mismo modo, que el centro cuente con un espacio limpio e iluminado y, por último, que posea una decoración adaptada en la sala de espera.

La visita a un odontopediatra es vital para conservar una buena salud bucodental y para identificar posibles problemas de manera inmediata.

Importancia de la comunicación entre el dentista y el menor

Si, en la primera cita, el dentista de confianza logra establecer una buena comunicación con tu hijo, puedes evitar ciertos problemas de conducta de tu pequeño.

En este sentido, la preparación anticipada es el punto de inicio para concienciar a tu hijo sobre lo que le sucederá en el consultorio. Esto se puede llevar a cabo mostrándole vídeos o imágenes positivas sobre el proceso de limpieza bucal para lograr un entorno de confianza y cero preocupaciones. También puedes ofrecerle un premio para que el niño colabore y pierda el miedo.

Por otra parte, el odontopediatra necesitará comunicarse directamente con el niño, por lo que cualquier distracción del ambiente ha de ser controlada. Recuerda que, para un dentista, es fácil relacionarse con tu hijo cuando no estás presente en el proceso de limpieza bucal. Sin embargo, hay casos en los que el apoyo de los padres hace que el niño se sienta más tranquilo y relajado.

Si estás pensando cómo evitar problemas en la consulta de un dentista, tener en cuenta los factores mencionados puede ayudar a tu niño a tener una buena experiencia.

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¿Cuándo decidir poner ortodoncia a mi hijo?

Los inconvenientes que se presentan por el mal alineamiento de los dientes, generalmente aparecen a muy temprana edad. Si te preguntas «¿cuándo realizar ortodoncia a mi hijo?», te comentamos que según los ortodoncistas, se sugiere comenzar con revisiones periódicas aproximadamente a los 7 u 8 años de edad, para evitar intervenciones más complejas en un futuro.

Según la Sociedad Española de Odontopediatría (SEOP), la primera visita debes realizarla con tu hijo durante la aparición de sus primeros dientes, con el propósito de observar con más detalle el crecimiento y la formación gradual de toda su dentadura. En algunos casos hay que actuar a tiempo para mejorar algunas alteraciones a través de la ortodoncia.

Usualmente, la ortodoncia infantil es más efectiva que en los adultos porque la estructura de los dientes no se ha establecido definitivamente. Así mismo, existen tratamientos como la Ortodoncia Interceptiva con los que se corrigen con éxito los problemas en la mordida.

 

Decidirse por un tratamiento de ortodoncia

 

Seguramente te preguntarás; ¿cuándo es necesario hacerle un tratamiento de ortodoncia a mi hijo? La ortodoncia puede funcionar desde los 6 a los 7 años, sin embargo, generalmente puede comenzar a partir de los 11 a los 14 años, todo depende de la formación y salida de los dientes de tu hijo en edades tempranas. El ortodoncista puede determinar si tu hijo necesita una corrección dental en los siguientes casos:

 

 

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Experimenta la pérdida de sus dientes de leche antes de tiempo

 

Por lo regular, los molares frontales comienzan a caer a los 6 años, sin embargo, puede perderlos prematuramente ya sea por un deterioro o por un accidente, como una caída o un golpe fuerte, lo que puede ocasionar que los dientes definitivos comiencen a salir torcidos o por apiñamiento y con ello, una falta de espacio entre ellos.

 

Los dientes se agolpan unos a otros

 

Este problema de apiñamiento se presenta por diversas causas genéticas o familiares y los especialistas los clasifican según su grado de severidad. Pero si tu hijo presenta esta anomalía, la ortodoncia puede corregir y mejorar este problema con éxito.

 

Los molares no salen en la posición correcta

 

Los motivos pueden variar, como por ejemplo; la herencia genética, causas congénitas o causas adquiridas a temprana edad. Este último problema suele ser el más frecuente en los niños al chuparse los dedos, respirar por la boca, hacer presión en los dientes con la lengua o con los dedos o morderse los labios con regularidad.

 

Decidirse por un tratamiento de ortodoncia

 

Al comer se muerde los laterales de la boca

 

Las lesiones al morderse en las mejillas o la lengua suelen ser muy comunes en los niños y esto se debe a que el maxilar superior e inferior no interactúan correctamente.

 

No mastica bien

 

Este problema normalmente es llamado como maloclusión dental, en donde se observan diferencias entre los dientes superiores e inferiores, como ya hemos visto el apiñamiento entre ellos. Igualmente, los maxilares pueden presentar defectos congénitos como por ejemplo el paladar hendido o el labio leporino.

 

Separación de dientes

 

Los molares distanciados pueden aparecer si por ejemplo los dientes son muy pequeños con relación al hueso frontal, o en ocasiones puede deberse a una mala alineación entre ellos. La ortodoncia suele ser la solución para corregir los movimientos entre dos dientes que pueden afectar a todos los demás.

El especialista te aconsejará sobre qué decisión es mejor para tu pequeño, ya sea si es necesario esperar a que sus dientes y huesos se formen, o realizarle un procedimiento de ortodoncia para corregir o prevenir cualquier problema dental. La sonrisa de tu hijo es para toda la vida y seguramente te lo agradecerá.

 

La ortodoncia en niños, cómo saber cuándo es necesaria

La sonrisa más bonita es la de tus niños, pero esto no se da por simple casualidad. Es ahí donde, como padres, debemos estar pendientes de su correcto desarrollo y cuidado, especialmente con los cambios que se presentan de una etapa a otra. Por eso, nunca debes ver como poco importante la visita regular al odontólogo.

El cuidado dental de los peques

Es especialmente importante que tus hijos sean valorados no solo por el odontólogo, sino también por el odontopediatra, quien se especializa en la posición y oclusión de los dientes y el desarrollo de los maxilares. Así, analiza si hay problemas graves para tratarlos rápidamente.

Como padre, seguro te preguntarás ¿cuándo es el momento para llevar a mi hijo al odontopediatra? o ¿en realidad es necesaria la ortodoncia? Aquí te lo contaremos. La edad promedio es entre los 6 y los 7 años, aunque desde los 4 ya se puede determinar si existirán problemas a futuro. Ahora veamos en qué casos es necesaria la ortodoncia en niños.

Cuándo es necesaria la ortodoncia en tus hijos

1. La infancia es la edad ideal para empezar un tratamiento de ortodoncia, pues en esta los dientes se mueven fácilmente y son moldeables. Así, evitarás a tus niños tratamientos de ortodoncia en una edad adulta, donde los huesos y los dientes ya están fijos, lo cual genera ortodoncias más dolorosas e incluso costosas. La prevención es un motivo de peso.

2. Cuando, después del análisis del odontopediatra, ese detecta en tu hijo problemas de maloclusión dental o mordida torcida. Son los problemas más comunes corregidos por la ortodoncia y se dan generalmente por cuestiones genéticas o por malos hábitos: el uso excesivo de entretenedores, el chuparse el dedo, la mala respiración, cuando respiran por la boca.

 

Cuándo es necesaria la ortodoncia en tus hijos

 

3. Después de la aparición de los dientes definitivos en reemplazo de los dientes de leche, proceso que suele darse entre los 11 y los 12 años, aunque en muchos niños este proceso puede variar de edad. Pero ¿por qué esperar hasta que hayan salido los dientes definitivos? La respuesta es porque estos son los dientes con los que va a quedar tu hijo para toda su vida.

4. Hemos visto que la ortodoncia infantil se inicia cuando ya le han salido al niño sus dientes definitivos, pero hay excepciones donde se inicia aún teniendo dientes de leche porque el ortodoncista observa la mordida torcida en tu pequeño, debido a asimetría ósea o mordida cruzada. En este caso, es necesario que busques iniciar con el tratamiento cuanto antes.

Tipos de aparatos

Según el problema a corregir, se determinará si hay que iniciar o no un tratamiento de ortodoncia. En esta ortodoncia infantil, y pensando en el bienestar del pequeño, se usan aparatos fijos o removibles que poco a poco, dependiendo de la frecuencia con que se usen, lograrán corregir sus problemas dentales para que en su adolescencia y su adultez pueda lucir sanas sonrisas.

Aparatos removibles

Son fabricados en materiales acrílicos sujetos con ganchitos metálicos. Estos se pueden poner y quitar, pero entre más tiempo se lleven puestos más rápido se obtendrán los resultados, que en la mayoría de los casos son exitosos.

 

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Aparatos fijos

Estos van pegados a los dientes, los más usados son los brackets, pero existen otros aparatos especializados en redirigir el crecimiento óseo.

Ahora que ya a sabes la importancia de la ortodoncia infantil, te animamos a no olvidar llevar a tu pequeño a una valoración con el odontopediatra, así estarás cuidando su salud dental y te ahorrarás dinero al actuar a tiempo en la prevención de problemas dentales.

Cómo se desarrolla la ortodoncia en un niño

La ortodoncia a una edad temprana es esencial para el buen desarrollo de la salud oral de tu peque, por ello es importante que sepas cómo se desarrolla este procedimiento. A continuación hablaremos sobre los tipos de ortodoncia comunes para niños, el tiempo que pueden tomar y las actitudes del niño frente al dentista.

La ortodoncia no debe asustarte

La ortodoncia es un proceso importante para lograr correcciones tempranas de ciertos defectos que surgen en la infancia, por lo que es necesario que aprendas más sobre este proceso.

Tipos de ortodoncia y su duración

Para llevar a cabo la ortodoncia en un niño debes tener en cuenta que el desarrollo de los huesos de los peques puede afectar el procedimiento. Se recomienda iniciarla entre los 6 y 7 años para asegurar un crecimiento satisfactorio y prevenir el desarrollo de alteraciones futuras.

La ortodoncia más común en niños es la ortodoncia interceptiva. Esta permite corregir problemas en la mordida y corregir la posición de los dientes durante su crecimiento. Se pueden dar de dos tipos:

Removibles

Estos aparatos, generalmente producidos con acrílico, se pueden quitar y poner a voluntad, por lo que tu dentista te dará un mínimo de horas de uso que tu peque deberá cumplir para lograr los resultados esperados.

Los instrumentos removibles permiten corregir problemas como el paladar estrecho, causante de alteraciones en la mordida. Además aprovechan el crecimiento y la maleabilidad de los huesos, por lo que deben ser usados toda la noche.

 

La ortodoncia no debe asustarte

 

Es recomendable que este acrílico se lleve todo el día por al menos 22 horas. Si se cumplen todos los tiempos pautados por el dentista, puedes conseguir excelentes resultados.

Fijos

Son los brackets de toda la vida y permiten corregir la posición de los dientes, que a la vez corrigen defectos en la mordida. Solo son recomendables después de los 10 años.

Después de una corrección con brackets, se puede llevar a cabo la ortodoncia transparente. Esta puede darse después de los 16, cuando ya se tiene la independencia suficiente para llevar una higiene adecuada.

Es importante que lleves a cabo la ortodoncia que resulte necesaria con fines preventivos. Recuerda que tu hijo o hija tendrá un desarrollo constante de su dentadura y huesos faciales durante su infancia y adolescencia.

El desarrollo de tu peque vendrá con necesidades muy específicas, por lo que no dudes en hablar con tu dentista de confianza para determinar la ortodoncia más adecuada. Prevenir será el acto de amor más significativo para tu peque.

 

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Actitudes del niño

Los niños son altamente maleables tanto física como psicológicamente. Por esta razón, los niños pueden aprender rápidamente buenos hábitos, pero también temores irracionales. Es importante que entiendas por qué se desarrolla este temor en tu peque para poder darle solución.

El temor de los niños hacia el dentista es algo bastante común y se puede entender debido a un fenómeno psicológico denominado aprendizaje vicario. Este aprendizaje consiste en que el niño le teme a algo porque ve que a otro individuo (seguro a otro niño) le causa terror o sufrimiento. El terror puede darse también por una mala experiencia con otro dentista, por lo que el niño puede reaccionar con miedo, ansiedad y pánico al ver al dentista o al saber que debe acudir a uno.

Haz que la visita al dentista no sea un trauma

Ya has aprendido los procedimientos que se pueden aplicar a tu peque y cuáles son las edades más recomendables para esto, y también a crear ideas agradables sobre el dentista y su trabajo. Si has llegado hasta aquí, has hecho tu labor como padre al informarte y aprender más por la salud de tu peque.

La vuelta al cole y la ortodoncia infantil

La temporada de estudios pronto comenzará y tal vez se haga tarde para llevar a tu pequeño al dentista. En este post discutiremos sobre la importancia de la ortodoncia infantil para la vuelta al cole y por qué deberías considerarla antes del inicio de las actividades escolares en septiembre.

¿De verdad tu hijo necesita una ortodoncia?

Prevenir es una forma inteligente de evitar cualquier eventualidad que se pueda presentar. En términos de salud, implica llevar a cabo una serie de hábitos y procedimientos que permiten un desarrollo normal y saludable de la vida cotidiana.

Si deseas que tu hijo crezca fuerte y sano, seguro le aplicas las vacunas reglamentarias, lo llevas a revisión médica de forma periódica y lo cuidas de posibles focos de peligro y enfermedad. Siguiendo esta lógica, es altamente recomendable que también prestes atención a su salud oral para no tener que recurrir a los tratamientos correctivos largos y complejos.

Un poco de información sobre la ortodoncia infantil

Después de los seis años, los niños empiezan a perder sus dientes de leche para darle paso a su juego de dientes definitivo. Durante esta fase del desarrollo del niño, su dentadura es altamente maleable, ya que el hueso de la mandíbula y los mismos dientes se encuentran en un constante crecimiento.

Es durante esta fase de maleabilidad, donde se pueden presentar alteraciones en el desarrollo dental, como el prognatismo. Esta alteración consiste en la extensión de la mandíbula, provocando así, problemas en la alineación de los dientes.

 

Un poco de información sobre la ortodoncia infantil

 

Otra alteración ósea, contraria al prognatismo, es el retrognatismo. Esta provoca una reducción en el crecimiento de la mandíbula respecto al resto del cráneo, por lo que se genera una problemática similar a la que mencionamos anteriormente.

A pesar de que los trastornos mencionados son de causa genética, es posible prevenirlos por completo, y una de las principales recomendaciones para este fin es la ortodoncia interceptiva, uno de los tratamientos más comunes después de los seis años.

La ortodoncia interceptiva busca corregir el crecimiento maxilofacial para prevenir el desarrollo de alteraciones que, en el futuro, solo podrían ser tratadas a partir de cirugía y métodos altamente invasivos, pues la maleabilidad de la mandíbula ya se habría perdido.

Maleabilidad psicológica

Un pequeño detalle adicional que te puede interesar es que, entre los seis y los diez años, también puedes corregir las conductas problemáticas que puede presentar tu hijo respecto a su salud oral, como chuparse el dedo o meterse cosas a la boca.

También es la oportunidad perfecta para inculcar o reforzar buenos hábitos de cuidado personal que tendrán un efecto muy positivo en el futuro.

 

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Beneficios de la ortodoncia antes del cole

La época de estudios es un momento que puede resultar estresante o estimulante para tu hijo, y todo esto depende de cómo sean sus relaciones y su desempeño dentro de la escuela. Por ello, resulta importante que los diferentes tipos de procedimientos orales se lleven a cabo durante las vacaciones para asegurar una adaptación rápida y menos ansiedad ante el cambio.

Además, durante el periodo vacacional, tendrás más tiempo para inculcarle los nuevos hábitos de cuidado de sus piezas de ortodoncia. Si ya ha empezado un tratamiento con brackets, entonces es la forma más sencilla de comenzar.

Para concluir, recuerda que tu pequeño es aún muy inmaduro para asumir ciertas responsabilidades. Por ello, tu labor como padre de familia o tutor, es la de ofrecerle todos los cuidados y orientación que necesita. De esta forma, podrás asegurarle una salud oral futura llena de comodidad y satisfacción.

¿Cuál es la edad ideal para la ortodoncia infantil?

Una de las preguntas que más se hacen los padres de nuestros pacientes infantiles es cuál es la mejor edad para una ortodoncia infantil. En realidad, este tratamiento dental puede efectuarse a cualquier edad con seguridad y eficacia.

Una ortodoncia en la edad infantil es el mejor momento para corregir los dientes, ya que entonces aún se están formando y así son más moldeables.

Pero no es así en todos los casos. A continuación, te proporcionaremos algunos consejos para que puedas sacar el máximo partido a este tratamiento y cómo la edad puede influir en los distintos tipos de tratamiento correctivo de la dentadura.

La primera cita con el ortodontista

La mejor edad para la primera revisión es a los 6-7 años, es decir, cuando aparecen los primeros molares definitivos, ya que ellos nos indican cómo se desarrollará el resto de la dentadura. También es la edad en que los huesos maxilares ya se han desarrollado. Antes, hacer un diagnóstico sería difícil y arriesgado.

También es recomendable porque, a partir de esta edad, se puede hacer un seguimiento del desarrollo de la dentadura, lo cual facilitaría diagnósticos en el futuro.

La primera ortodoncia

Si en la revisión el dentista apreciara que es necesaria una ortodoncia, se puede efectuar a partir de esta misma edad, 6 o 7 años. En concreto, a esa edad se puede hacer una ortodoncia interceptiva, pero no es recomendable una ortodoncia transparente.

El objetivo de este tipo de ortodoncia es corregir el crecimiento maxilofacial y adelantarse a problemas como el prognatismo y retrognatismo. Así, se evitan tratamientos en el futuro más largos y complejos, y por tanto más caros.

Además, esta es también la mejor edad para corregir malos hábitos alimenticios, de higiene dental o costumbres como chuparse el dedo.

 

La primera cita con el ortodontista

La segunda ortodoncia: la alineación dental

Como hemos señalado, es el mejor momento para corregir defectos como la maloclusión, la mordida cruzada o defectos maxilares. Una vez superada esta etapa y con los dientes ya corregidos, se sigue con la alineación.

El dentista decidirá durante cuánto tiempo se ha de seguir cada uno de los tratamientos.

Los clásicos brackets: mejor a partir de los 10 años

Para comenzar a llevar brackets metálicos es mejor que los dientes definitivos ya hayan reemplazado a todos los dientes de leche, lo que se produce a los 10-12 años en el caso de las chicas, y a los 12-13 años en el caso de los chicos.

Antes de esta edad no es recomendable que los niños lleven brackets. Si se hiciera, se correría el riesgo de tener que prolongar el tratamiento, de aparición de manchas o de inflamación de encías.

Hay que recordar que cualquier edad a partir de estos límites es buena para llevar brackets. El tratamiento tiene la misma efectividad en los adultos, y generalmente solo se colocan antes por razones estéticas: de niños no nos importa tanto el aspecto de los dientes.

Ortodoncia transparente: a partir de los 16 años

La razón por la que no se recomienda una ortodoncia transparente para niños más jóvenes es porque, de niños, aún no son tan conscientes de la necesidad de una correcta higiene para llevar la ortodoncia invisible, o no las llevan las horas pautadas por el dentista, normalmente al menos 22 horas diarias.

Por tanto, el momento a partir del cual se considera adecuado que los niños lleven ortodoncia transparente es a partir de que hayan adquirido un cierto grado de madurez. Puede ser antes o después de haber cumplido los 16 años.

 

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¿Y si sobrepasan esta edad? No te preocupes, es buena cualquier edad para una ortodoncia infantil. Tu dentista te explicará cuáles son las mejores soluciones para el caso.

¿Pueden niños y adolescentes someterse a un blanqueamiento dental?

Muchos adolescentes deciden llevar a cabo su primer blanqueamiento dental cuando acaban su tratamiento con brackets, ya que a menudo los dientes quedan manchados al retirar el aparato. ¿Qué es este tratamiento exactamente?

¿En qué consiste el blanqueamiento dental?

El blanqueamiento dental es un tratamiento de odontología estética que consiste en reducir el tono de color original de los dientes para dejarlos más blancos y brillantes. Elimina la mayor parte de las manchas producidas por los alimentos.

Normalmente, se completa con una visita al dentista de aproximadamente una hora. Solo en los casos en los que es necesario un tratamiento intensivo, puede ser necesario repetir un mantenimiento seis meses después.

Los tratamientos más utilizados son el peróxido de hidrógeno (en concentraciones entre el 0,1 y el 12 %) y el peróxido de carbamida (entre el 16 y 32 %). Blanquean el diente gracias al oxígeno que desprenden. La solución se puede mejorar con catalizadores heterogéneos, para impedir que los peróxidos penetren en el diente o con ACP, que evita que se lesione el esmalte y disminuye la sensibilidad dental.

¿A partir de qué edad se recomienda el blanqueamiento dental?

Los expertos de la Academia de Odontología General de Estados Unidos recomiendan que, en general, no se lleve a cabo el blanqueamiento antes de los 14 años. Hay dos razones para ello:

En primer lugar, se debe esperar a que el nervio del diente está totalmente desarrollado para efectuar este tratamiento.

En segundo lugar, los dientes todavía son demasiado sensibles a esa edad para un tratamiento agresivo como el blanqueamiento dental. Puede causar molestias y dolor de cabeza a los niños.

De hecho, se recomienda que, a no ser que sea muy necesario, se efectúe el blanqueamiento a partir de los 17-18 años, dependiendo de la madurez del paciente.

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Tampoco se recomiendan las pastas dentales blanqueadoras antes de esta edad. De nuevo, constituyen soluciones demasiado agresivas para los dientes sensibles de los pequeños. Los especialistas las recomiendan a partir de los 12 años.

ninos y adolecentes blanqueamiento dental edad
Como para adultos, debemos asegurarnos también de que el tratamiento lo lleve a cabo un odontólogo profesional y desconfiar de los «trucos» caseros para blanquear dientes. Como te contamos en este artículo sobre blanqueamiento dental, ambos tratamientos pueden ser demasiado agresivos o no tener la proporción adecuada de ingredientes para producir los efectos deseados.

El blanqueamiento dental en jóvenes

Los expertos advierten también de los riesgos de utilizar el blanqueamiento sin control, obsesionándose con lucir los dientes blancos. Es lo que se conoce como «blancorexia». Por eso, también es mejor efectuar el primer blanqueamiento dental cuando el joven tenga la madurez necesaria.

Cómo conseguir que los niños tengan los dientes blancos

Como ya hemos visto que los menores de 14 años no deberían someterse al blanqueamiento dental, a continuación te damos unos consejos para que los niños (y no tan niños) mantengan los dientes blancos:

  • Cepillarse los dientes al menos dos veces al día, por la mañana y antes de dormir.
  • Evitar los alimentos con muchos azúcares. También, los refrescos, batidos y otras bebidas dulces como zumo contienen azúcar y, por tanto, son igual de perjudiciales para los dientes.
  • Ir periódicamente a la revisión del dentista.
  • Seguir una dieta saludable, ya que las vitaminas y minerales contribuyen al crecimiento correcto del diente y a su mantenimiento. Son recomendables los lácteos, frutas y verduras.
  • En general, los alimentos «pegajosos» son los peores, como algunas chucherías, cremas, galletas, etc. En todo caso, siempre es mejor limpiarse los dientes después de consumirlos.

Esperamos que nuestra guía de blanqueamiento dental te haya sido útil. Te recomendamos que, para blanquear tus dientes con seguridad, leas las advertencias frente a este tratamiento.

Blanqueamiento dental: ¿es posible hacerlo si estás embarazada?

Realizar un blanqueamiento dental durante el embarazo puede plantear varias dudas a las mujeres que están en esta condición. Y es que durante esta etapa, varios tratamientos conllevan una serie de riesgos adicionales que hay que tener en cuenta antes de comenzarlos.

Las sustancias que se utilizan durante el blanqueamiento no han demostrado ser tóxicas en ningún caso ni han podido encontrarse restos de las mismas en sangre. Sin embargo, ¿es mejor esperar a terminar el embarazo para realizar el tratamiento?

Blanqueamiento dental en embarazadas

Por regla general, los especialistas de la odontología siempre recomiendan no someterse a tratamientos en los que se vaya a producir anestesia total o parcial si la mujer está embarazada. A pesar de que no es frecuente utilizar anestesia durante este tratamiento, resulta necesario tenerlo en cuenta si tienes una sensibilidad alta a la manipulación de tu boca.

En cuanto al blanqueamiento como tal, las sustancias que se emplean son usualmente dos peróxidos: el peróxido de carbamida y el peróxido de hidrógeno (agua oxigenada). Ambos son rebajados con una concentración del 3,5 % aproximadamente en la mezcla final.

Los estudios realizados tras los tratamientos blanqueadores han demostrado que estos compuestos no resultan tóxicos para las personas. Además, se ha analizado la sangre de varios pacientes tras utilizarlos y no se han apreciado variaciones ni han aflorado estas sustancias ni ninguno de sus derivados. Esto nos hace pensar que el procedimiento es completamente inocuo.

blanqueamiento dental estando embarazada
No obstante, has de tener presente que estos ensayos siempre se han realizado en hombres y en mujeres que no estaban en etapa gestacional. Realizar ensayos clínicos durante esta etapa de embarazo resulta éticamente comprometido y, por ello, no se dispone de datos que certifiquen la ausencia de efectos secundarios en la madre o en el bebé.

En definitiva, podría decirse que, a pesar de que no existen datos que parezcan indicar que este tratamiento sea perjudicial, se recomienda evitarlo. Los peróxidos son sustancias oxidantes que no provocan daños en nuestra boca. Sin embargo, en el supuesto de atravesar la barrera placentaria (algo que no ha sido estudiado), podría llegar a afectar a los tejidos y células del bebé. La ausencia de estudios encaminados a determinar si el peróxido traspasa la placenta y en qué cantidad lo hace es la razón por la que los especialistas desaconsejan su uso en mujeres gestantes.

Y durante el periodo de lactancia ¿puedo realizar el tratamiento?

De modo similar a lo que sucede con el embarazo, se recomienda que un blanqueamiento de los dientes no se realice durante la etapa de lactancia. Nuevamente, nos hallamos ante la inexistencia de estudios que esclarezcan si el peróxido es capaz de atravesar la barrera mamaria y llegar al bebé a través de la leche con la que lo alimenta su madre.

A su vez, la ingesta de una cantidad determinada de peróxido o de sus derivados mediante la leche materna, podría tener consecuencias no deseadas en el bebé. Y, ante la perspectiva de que estos ensayos no se vayan a abordar, es mejor no arriesgarse durante la etapa del embarazo y la lactancia.

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Por tanto, si estás embarazada o en periodo de lactancia, lo recomendable es que se lo comuniques a tu odontólogo para que lleguéis a la mejor solución. Recuerda que tras un blanqueamiento se han de seguir ciertos cuidados posteriores.

Como ves, el blanqueamiento dental es un tratamiento que, salvo excepciones muy puntuales, no reviste gran urgencia. Por ello, los odontólogos recomiendan esperar a finalizar la gestación y la posterior lactancia para someterse a él. Pese a no haber pruebas de que el tratamiento sea tóxico, sí es cierto que la ausencia de estudios hace que la prevención sea la opción más recomendada.

¿Cuándo hacerles ortodoncia a los niños?

Entre los principios de la ortodoncia, detectar y prevenir las anomalías que puedan afectar el desarrollo de la estructura dentomaxilofacial son los elementos más importantes, de modo que esta destacada rama de la odontología debe ser tenida en cuenta especialmente durante las primeras etapas del crecimiento infantil.

Esto se debe a que, como es obvio, a lo largo de nuestra infancia y adolescencia somos testigos de un sinfín de cambios resultantes de nuestro crecimiento, pero muchas personas tienden a hacer énfasis en cualquier otro tipo de evidencia del desarrollo físico distinto a lo que está sucediendo al interior de nuestra boca.

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Al tiempo que vemos como nuestros hijos empiezan a aprender cosas nuevas como a montar en bicicleta, escribir, leer y nadar, su estructura ósea también comienza a presentar signos de evidente madurez, como lo es la erupción de nuevas piezas dentales, el crecimiento del maxilar y la consolidación de huesos y músculos. No obstante, en algunos casos, nuestros pequeños pueden llegar a mostrar síntomas de un incorrecto crecimiento, lo que se puede evidenciar en dentaduras desalineadas o mordidas desviadas, entre otros casos.

Por tanto, lo más recomendado por odontólogos y pediatras es asistir entre dos y tres veces al dentista al año, cuya labor será estudiar el crecimiento de la estructura dentomaxilofacial del niño, detectar cualquier imperfección, prevenirla o iniciar un tratamiento oportuno de ortodoncia infantil para tratarla.

En este orden de ideas, la ortodoncia infantil no es algo que pueda ser tomado a la ligera, pues entre más tardío sea su inicio, más graves pueden ser las afectaciones que padece el menor. A su vez, ello sugiere que el tratamiento puede llegar a ser más lento y, como es apenas obvio, menos cómodo para el pequeño paciente.

En otras palabras, según la Sociedad Española De Ortodoncia (SEDO), se le recomienda a los padres iniciar los cuidados pertinentes de sus hijos a lo largo de sus primeros seis años de edad, pues, aunque su sonrisa parezca completamente normal, un ortodoncista puede detectar cualquier afectación en la oclusión (mordida) del niño, así como irregularidades en el crecimiento de los huesos maxilares.

Ahora bien, cuando el especialista ha descubierto algún tipo de alteración en la mordida o la alineación de los dientes del menor, se debe iniciar un tratamiento de ortodoncia infantil, el cual parte desde la toma de muestras fotográficas y radiográficas con el fin de estructurar un plan de trabajo acorde a las necesidades y el perfil del niño. Lo más recomendable, acorde a las afirmaciones de los expertos, es que un tratamiento de ortodoncia infantil puede ser iniciado a partir de los seis años de edad, ya que la estructura dentomaxilofacial ya ha alcanzado cierto punto de madurez que permite trabajar sin afectar el normal desarrollo del resto de huesos y músculos del menor. Este tipo de ortodoncia es conocida como ortodoncia interceptiva.

Ortodoncia-removible

Basado en las particularidades del paciente, el dentista propone el uso de dos diferentes tipos de ortodoncia infantil:

Ortodoncia fija: Los brackets son elementos fijos a la superficie dental, los cuales funcionan según la necesidad puntual del menor, pudiendo ser para redirigir el crecimiento óseo o para eliminar hábitos perjudiciales.

Ortodoncia removible: Los retenedores o frenillos son estructuras de acrílico y alambre que se fijan a los molares y su labor es corregir errores muy puntuales.

Por último, cabe mencionar que, aunque cualquiera puede padecer de complicaciones en el desarrollo de la estructura dentomaxilofacial, los especialistas invitan a los padres a vigilar cuidadosamente los hábitos de sus hijos, de modo que puedan prevenir detonantes que causan este tipo de anomalías, como el uso del chupete excesivamente, chuparse los dedos, respirar por la boca, padecer de bruxismo y presentar una maloclusión.

¿Qué síntomas tienen los bebés cuando les salen los dientes?

Mamá y papá, cuando tu bebé está alcanzando su tercer o cuarto mes de vida es normal que empiece su proceso de dentición y, aunque es algo natural, algunos padres primerizos tienden a preocuparse demasiado porque su hijo empieza a presentar ciertos comportamientos impropios de él.

Sin embargo, estos comportamientos son una manera completamente natural de expresar la aparición de sus primeros dientes.

En este orden de ideas, a continuación hablaremos sobre los síntomas que presentan nuestros bebés cuando empiezan a erupcionar sus primeros dientecillos, de modo que no te alteres al notar a tu hijo un poco distinto durante esta etapa.

 Salivación

Salivacion

Mecánicamente la lengua y las glándulas de la boca sentirán la presencia de un cuerpo nuevo, lo que causa curiosidad y irritación. Para defenderse de cualquier organismo extraño, la boca empieza a producir grandes cantidades de saliva y, teniendo en cuenta que los dientes no se irán, habrá salivación constante y en grandes cantidades.

 Encías inflamadas

De igual manera, las encías están experimentando una nueva sensación, por lo que la reacción inmunitaria típica causará inflamación y dolor en los tejidos blandos mientras salen los primeros dientes de cada arcada.

Hiperactividad

A causa de la constante sensación en la boca, es probable que el niño se mantenga más activo de lo normal, de modo que podrá permanecer jugueteando por periodos prolongados, resultar susceptible a la irritación y, obviamente, llantos más frecuentes.

Complicaciones para dormir

Asimismo, los episodios de descanso se verán interrumpidos por el dolor y la incomodidad, lo que causará que los periodos de reposo del bebé sean intermitentes. También es probable que el pequeño se levante molesto y con llanto, pues estará cansado y con un sueño insuficiente.

Inicio de la etapa de la fijación oral

Fred describe la fijación oral como el periodo durante la infancia en el cual el bebé tiende a llevarse todo a la boca, de modo que veremos a nuestro hijo lamiendo, chupando y mordiendo lo que tenga a la mano. Se recomienda tener juguetes de goma especiales para que pueda morder y babear sin afectar sus dientecillos o cualquier otra parte de su boca.

Rechazo de la comida

Finalmente, como es apenas obvio, el dolor, la constante molestia en su boca y la irritabilidad pueden causar que el niño no esté dispuesto a comer ningún alimento sólido, por lo que es necesario encontrar estrategias alternativas mientras el menor cede.

Rechazo-de-la-comida

Cabe mencionar que las reacciones del menor pueden variar según su personalidad y el momento de la aparición de sus nuevos dientes, así como el tamaño de los dientes y el dolor que llegan a experimentar.

A su vez, en el caso de un diente individual los síntomas no llegan a superar un periodo de pocos días, pero cuando nuestros bebés están en la etapa de la germinación de sus primeras piezas dentales, es apenas lógico que los síntomas se extiendan durante varios meses, pues tal es el tiempo que toman todos sus primeros dientes en aparecer completamente.

Si tu bebé está experimentando la incomodidad propia por la aparición de sus primeros dientes, es adecuado ponerte en contacto con un centro médico u odontológico especializado, donde un profesional podrá valorar el estado de la estructura bucodental del menor, identificar cualquier anomalía en una etapa temprana y darte los mejores consejos para reducir las molestias.

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Por último, los especialistas de diferentes áreas concuerdan en un mismo punto, pues recomiendan que los padres se armen de paciencia y cariño para acompañar a su bebé durante esta complicada etapa. Además, cabe recordar que es algo que no durará más de un par de meses.