Ortodoncia en un niño: tiempo de desarrollo y actitudes al dentista

SOLICITA TU CITA


Blog

Cómo se desarrolla la ortodoncia en un niño

Escrito por Dra. Gloria Del Olmo Ruiloba
2 Oct, 2019 9:30 pm

Cómo se desarrolla la ortodoncia en un niño

La ortodoncia a una edad temprana es esencial para el buen desarrollo de la salud oral de tu peque, por ello es importante que sepas cómo se desarrolla este procedimiento. A continuación hablaremos sobre los tipos de ortodoncia comunes para niños, el tiempo que pueden tomar y las actitudes del niño frente al dentista.

La ortodoncia no debe asustarte

La ortodoncia es un proceso importante para lograr correcciones tempranas de ciertos defectos que surgen en la infancia, por lo que es necesario que aprendas más sobre este proceso.

Tipos de ortodoncia y su duración

Para llevar a cabo la ortodoncia en un niño debes tener en cuenta que el desarrollo de los huesos de los peques puede afectar el procedimiento. Se recomienda iniciarla entre los 6 y 7 años para asegurar un crecimiento satisfactorio y prevenir el desarrollo de alteraciones futuras.

La ortodoncia más común en niños es la ortodoncia interceptiva. Esta permite corregir problemas en la mordida y corregir la posición de los dientes durante su crecimiento. Se pueden dar de dos tipos:

Removibles

Estos aparatos, generalmente producidos con acrílico, se pueden quitar y poner a voluntad, por lo que tu dentista te dará un mínimo de horas de uso que tu peque deberá cumplir para lograr los resultados esperados.

Los instrumentos removibles permiten corregir problemas como el paladar estrecho, causante de alteraciones en la mordida. Además aprovechan el crecimiento y la maleabilidad de los huesos, por lo que deben ser usados toda la noche.

 

La ortodoncia no debe asustarte

 

Es recomendable que este acrílico se lleve todo el día por al menos 22 horas. Si se cumplen todos los tiempos pautados por el dentista, puedes conseguir excelentes resultados.

Fijos

Son los brackets de toda la vida y permiten corregir la posición de los dientes, que a la vez corrigen defectos en la mordida. Solo son recomendables después de los 10 años.

Después de una corrección con brackets, se puede llevar a cabo la ortodoncia transparente. Esta puede darse después de los 16, cuando ya se tiene la independencia suficiente para llevar una higiene adecuada.

Es importante que lleves a cabo la ortodoncia que resulte necesaria con fines preventivos. Recuerda que tu hijo o hija tendrá un desarrollo constante de su dentadura y huesos faciales durante su infancia y adolescencia.

El desarrollo de tu peque vendrá con necesidades muy específicas, por lo que no dudes en hablar con tu dentista de confianza para determinar la ortodoncia más adecuada. Prevenir será el acto de amor más significativo para tu peque.

 

También te va a interesar: ¿Cuál es la edad ideal para la ortodoncia infantil?

 

Actitudes del niño

Los niños son altamente maleables tanto física como psicológicamente. Por esta razón, los niños pueden aprender rápidamente buenos hábitos, pero también temores irracionales. Es importante que entiendas por qué se desarrolla este temor en tu peque para poder darle solución.

El temor de los niños hacia el dentista es algo bastante común y se puede entender debido a un fenómeno psicológico denominado aprendizaje vicario. Este aprendizaje consiste en que el niño le teme a algo porque ve que a otro individuo (seguro a otro niño) le causa terror o sufrimiento. El terror puede darse también por una mala experiencia con otro dentista, por lo que el niño puede reaccionar con miedo, ansiedad y pánico al ver al dentista o al saber que debe acudir a uno.

Haz que la visita al dentista no sea un trauma

Ya has aprendido los procedimientos que se pueden aplicar a tu peque y cuáles son las edades más recomendables para esto, y también a crear ideas agradables sobre el dentista y su trabajo. Si has llegado hasta aquí, has hecho tu labor como padre al informarte y aprender más por la salud de tu peque.

¿Y tú qué opinas?
Déjanos aquí tu comentario


¿Te gusta lo que has leido? ¡Suscríbete al blog!

Escrito por Dra. Gloria Del Olmo Ruiloba

Artículos relacionados