A menudo mis pacientes me dicen que les gustaría recuperar los dientes perdidos pero que no quieren llevar implantes porque tiene muy mala experiencia. La verdad es que la mayoría de ellos no ha tenido experiencia personal en cuanto al tratamiento de implantes, sino que ciñen su miedo o malestar a lo que les ha transmitido otra persona.
Mi teoría es que normalmente solemos contar las cosas que nos suelen ir mal, que el lamento tiene más atención que la alabanza y es por ello que prestamos más atención a ese tipo de conversaciones. Además los retoques estéticos o las rehabilitaciones bucales (salvo en un entorno familiar muy cercano)… es algo que no se suele ir contando. No solemos oír a las señoras que se han hecho algún retoque estético: “sí, me ves mejor cara porque me he quitado las bolsas, porque me han infiltrado vitaminas…”. Lo mismo pasa con los implantes; poca gente dice “me han puesto un implante porque perdí este diente o esta muela y me va genial”.
Lo que quiero transmitiros es que las complicaciones en los implantes no son tan frecuentes como se puede llegar a pensar. Aunque creo que debido a la tendencia actual de forma de tratar, de formas de clínicas y de estrategias de marketing… es posible que vayan en aumento. Os remito a un post “Implantes dentales baratos”
Pero si bien es cierto en ocasiones se producen fracasos en el tratamiento con implantes, por complicaciones que ocurren al principio, durante la colocación de los implantes (fracasos iniciales) o más tarde en la fase de la rehabilitación con la prótesis.
Los fracasos iniciales pueden ser causados por situaciones que amenacen la osteointegración del implante. El proceso de osteointegración es necesario para que el implante se una al hueso y no se mueva. Escribí un post al respecto “Osteointegración”
En el post de hoy me centraré en las situaciones que pueden causar los fracasos inciales. Éstas son:
– Preparación inadecuada del lecho receptor del implante, produciendo una necrosis del hueso y por tanto no “enganchará” el implante (periimplantitis)
– Contaminación bacteriana e incluso inflamación extensa de la herida, lo que dificulte la cicatrización (mucositis)
– Mala estabilidad mecánica del implante tras su colocación
– Carga o rehabilitación protésica prematura del implante, lo que deriva en una mala estabilidad mecánica del implante.
Este tipo de fracasos no implica que el paciente rechace el implante, simplemente que esta vez no ha ido bien. Así que la forma de proceder sería:
– La explantación del implante colocado que no ha integrado
– Dejar regenerar el hueso (habiendo limpiado bien la zona y en ocasiones ayudando con biomateriales y plasma rico en plaquetas y ayudado por medicación antibiótica)
– Volviendo a colocar un implante más adelante (tras la regeneración del hueso)
La forma de minimizar estos riesgos es la siguiente:
– Acudiendo a clínicas con especialistas formados adecuadamente en implantología oral
– Optando por una odontología de calidad en la que se empleen materiales de calidad
– Sabiendo que quien nos lleva el tratamiento sigue unos protocolos de trabajo adecuados
– Habiéndonos sometido a un buen estudio y diagnóstico implantológico
– Teniendo un campo quirúrgico completamente estéril durante toda la cirugía (si es posible en un gabinete de cirugía, mejor)
– Siguiendo las indicaciones tras la intervención
- indicaciones de medicación
- indicaciones de higiene y cuidados
- indicaciones de alimentación
- no fumando
En otro post os contaré las complicaciones que pueden surgir a largo plazo.
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