Como lo hemos explicado anteriormente a lo largo de varias entradas relacionadas, las incrustaciones dentales son una alternativa práctica a problemas que ponen en riesgo el bienestar de una pieza dental.
Éstos, por lo general, están fabricados en diferentes materiales como amalgamas, composite o – el más recomendable – porcelana, devolviéndole al diente la resistencia sin comprometer su imagen.
Asimismo, cuando el dentista estudia el caso puntual del paciente, se elige el tipo de incrustación que debe ser utilizada para solucionar una necesidad puntual. Parcialmente, podemos decir que los diferentes tipos de incrustaciones dentales:
- Inlays: Pequeñas porciones que sanean la abertura, pero no cubren ninguna cúspide dental.
- Onlays: Incrustaciones medias que, como mínimo, cubren una cúspide dental.
- Overlays: Incrustaciones grandes que cubren todas las cúspides del diente.
- Endocoronas: Incrustaciones completas que recubren toda la superficie dental.
Cabe recordar que estos diferentes tipos de incrustaciones dentales son aplicados según la necesidad del paciente. Esto quiere decir que las incrustaciones son utilizadas en los siguientes casos:
- Caries menores: Cuando el paciente presenta pequeñas hendiduras (no muy profundas) a causa de una caries, es posible sanear dicho espacio con una incrustación de composite o porcelana una vez haya sido extraída la caries. De este modo no se volverán a alojar residuos de alimentos ahí y la hendidura no seguirá creciendo.
- Fisuras: Es probable que, a causa de un accidente, trauma o por masticar un elemento demasiado rígido, el diente se fisure, presentando una pequeña grieta que puede llegar a causar problemas eventualmente, como un quiebre o la aparición de caries. Sobre dicha fisura, pues, se coloca una incrustación overlay o una endocorona según la gravedad.
- Pacientes con endodoncia: La endodoncia es un proceso donde se extrae el tejido interno del diente cuando se encuentra completamente dañado y es reemplazado por un empaste. Esta extracción tiene lugar a través de una pequeña abertura que abre el dentista, la cual debe ser sellada posteriormente con una incrustación firme para evitar el ingreso de bacterias o residuos de alimentos que perjudiquen al diente.
Te puede interesar: ¿Cómo puedo cuidar mis incrustaciones dentales?
Ahora lo sabes; las incrustaciones dentales son elementos diseñados para sanear y reforzar dientes que han sufrido un daño leve. Lo que diferencia a las incrustaciones de las coronas dentales es el nivel del daño, pues las coronas funcionan en casos más graves como quiebres o dientes necróticos demasiado frágiles.