¿Extraer o conservar el diente endodonciado?
En muchas ocasiones, nos encontramos en la clínica pacientes que vienen con un diente endodonciado fracturado, y tenemos que decidir cuál es la mejor solución para restaurarlo. El pronóstico de la pieza nos va a condicionar el tratamiento a realizar.
En primer lugar hemos de valorar el estado del diente, chequeando una serie de puntos, para determinar la viabilidad del mismo. Esto nos llevará a decidir tanto el tipo de restauración a realizar, como la posibilidad de tener que extraer la pieza, ya que, aunque hoy en día intentemos ser lo más conservadores posible, hay circunstancias que nos obligan a no poder mantenerla.
Algunas de las comprobaciones a realizar son:
- Alcance de la fractura: Hay cierto tipo de fracturas, sobre todo las verticales que alcanzan gran parte de la raíz, que no son reparables.
- Estado periodontal: Cuando el hueso y/o la encía presentan un deterioro importante e irreversible, no van a cumplir su función de soporte del diente, lo que, muy probablemente, desembocará en la pérdida dentaria, aunque reconstruyamos el mismo. Dentro de este tipo de patología se encuentran las lesiones de furca (zona de separación de las raíces en premolares y molares). La pérdida ósea en esta zona es un signo de mal pronóstico a largo plazo, lo cual no indica necesariamente que tengamos que extraer el diente, ya que con un correcto mantenimiento periodontal, podemos mantener la pieza durante años. No obstante, conviene ser cautos a la hora de cargar con muchos tratamientos a una pieza con este tipo de patología, ya que muchas veces no podemos dar garantías de la durabilidad de estos dientes.
- Situación de los dientes adyacentes o ausencia de los mismos: Se nos puede dar el caso en el que los dientes adyacentes al fracturado, no sean conservables, o sencillamente hayan sido extraídos. Si se da esta circunstancia, debemos plantearnos si la pieza a restaurar nos va a condicionar demasiado, por ejemplo, para una rehabilitación con implantes dentales, por motivos protéticos o de distribución de cargas. En definitiva, que nos pueda “estorbar” para colocar unos implantes en una posición más favorable.
- Existencia de focos apicales: Cuando en radiografía observamos alguna imagen rodeando la raíz dentaria, debemos intentar determinar el origen de la misma, ya que, dependiendo de cuál sea la causa, el pronóstico será más o menos favorable.
Resumiendo, no todos los dientes endodonciados que sufren fracturas, serán tratados del mismo modo, ya que tenemos que evaluar el pronóstico y actuar en consecuencia, evitando conservar piezas cuyos daños hagan que tengamos que recurrir a la exodoncia, incluso después de haber realizado varios tratamientos en un intento desesperado por mantener en boca un diente abocado al fracaso. Y del mismo modo, aunque hoy en día contemos con los implantes dentales, que sustituyen de manera muy similar a las raíces de los dientes perdidos, conviene recordar que no existe mejor implante que la raíz del propio diente, siempre y cuando ésta esté en condiciones óptimas para soportar una correcta restauración.