Una prótesis dental es un elemento artificial destinado a restaurar la anatomía de una o varias piezas dentarias, restaurando también la relación entre los maxilares, a la vez que devuelve la dimensión vertical, y repone los dientes.
En los tiempos que vivimos los abuelos por suerte los disfrutamos muchos más años e incluso convivimos con ellos. De hecho son parte importante en la educación en muchos de los nietos de este país. Pero por desgracia no han sido educados en un ambiente en el que se cuidara la salud bucodental. Por esta razón, muchos de ellos tienen uno de estos dos problemas en la boca:
– Pérdida de dientes
– Enfermedad periodontal
Los más afortunados conservan algunos de sus dientes, pero éstos padecen periodontitis y se mueven. Del mismo modo, sobre ellos se suelen enganchar las prótesis con las que reponen los dientes perdidos, por lo que es muy recomendable que se les haga revisiones cada cuatro meses para prevenir la aparición de grandes caries y hacer evaluaciones de cómo está el sistema periodontal de los dientes sobre los que apoya la prótesis.
Si es necesario se realizarán tratamientos como curetajes o raspajes radiculares.
A la mayoría de los “abuelitos” les faltan todos los dientes y suelen tener unas prótesis completas. Estas prótesis necesitan ser ajustadas y adaptadas cada cierto tiempo (cada 18 meses) para que sean lo más cómodas posibles. Se ha de saber que este tipo de prótesis se desadaptan porque las encías y los huesos van cambiando de forma y van “mermando”. De tal modo que cada vez hay menos encía sobre la que retener la prótesis.
Esto produce movimiento de la misma, desadaptación. Les provoca mucha inseguiridad a la hora de hablar y sobre todo a la hora de masticar. Terminando por generar un deterioro absoluto de la digestión oral y múltiples úlceras por roce. Por ello es muy importante que tratemos de que al menos puedan masticar sin que la prótesis se mueva; y para ello contamos con los implantes dentales.
“Sobredentaduras”
Los implantes dentales no sólo se utilizan para sustituir dientes perdidos, sino que también se pueden usar para retener prótesis. La forma de usarlos sería la siguiente:
– Se pondrían dos implantes en la zona del mentón (esa es una zona en la que siempre hay hueso suficiente para poder poner dos implantitos que ayuden a la retención).
– Cuando los implantes están integrados (alrededor de 3 meses más tarde) se pone sobre ellos un sistema de bola o locator para que haga click sobre la dentadura postiza.
– Se confecciona una dentadura postiza con el sistema macho contrario al que llevan los implantes para que se fijen sobre ellos.
Desde luego, nuestros mayores a veces son reticentes a este tipo de tratamientos. Mi abuela sin ir más lejos, podría haber disfrutado del mismo mucho antes si se hubiera “atrevido”, pero al final se decidió cuando dejó de poder masticar, cuando su alimentación se vio tan empobrecida que su diabetes empeoró, cuando se le salía de la boca la prótesis en cada conversación. Finalmente con 83 años se atrevió y aún se arrepiente, si, pero de no habérselo hecho antes. Verla comer con normalidad y no quejarse de las úlceritas… es la mejor satisfacción con la que cuento.
Bueno, al menos lleguemos a la sobredentadura para nuestros abuelos que lo merecen todo. No dejéis que os pase como a la abuela de José Mota